domingo, 4 de septiembre de 2011

EL CUBANO QUE LE HACE LOS TOSTONES A LA REINA ISABEL DE INGLATERRA


EL CUBANO QUE LE HACE LOS TOSTONES A LA REINA ISABEL DE INGLATERRA

La familia real británica es adicta a los manjares de la cocina cubana gracias a su cocinero pinareño Elio Gutiérrez, quien en una entrevista exclusiva  reveló los secretos de la vida cotidiana en el Palacio de Buckingham.

El mundo entero presenció a través de satélites e Internet la preciosa y emocionante boda del Príncipe Guillermo y Kate Middleton. Lo que muy pocos conocen es que tanto el Príncipe, como su abuela, la Reina Isabel y el resto de la familia real son grandes degustadores de la gastronomía cubana, la cual forma parte del menú semanal del Palacio de Buckingham. A continuación ofrecemos una entrevista exclusiva con Elio
Gutiérrez, el cocinero cubano que logró aplatanar a la familia real.
Olé: ¡Hola Elio! Cuéntanos como un cubano logró llegar al Palacio de Buckingham y convertirse en el chef favorito de la Reina Isabel.
Elio: Bueno, la historia es larga. Espero que tus lectores tengan tiempo. Yo nací en 1975 en Pilotos, que es un pueblecito de Pinar del Río tan pequeñito que allí todo el mundo se conoce. Es como una gran familia, pero ofrece pocas oportunidades, y dentro del comunismo aún menos. Tengo un hermano gemelo
llamado Delio. Cuando teníamos tres años mis padres después de mucho sacrificio lograron una permuta para Consolación del Sur, que queda cerca de Pilotos pero que es un pueblo mucho más grande y donde existían más posibilidades de superación. Allí mi padre encontró trabajo como carpintero y pudimos lograr
reparar nuestra casita. Pero en 1980, como sabes, surgió lo de la Embajada del Perú y mi padre decidió que esa era la oportunidad perfecta para salir de aquel infierno. Nos pusimos nuestros mejores trapitos y nos lanzamos hacia El Mariel en guaga, carretones, camiones y hasta a pie. La cuestión era llegar. Estuvimos
cinco días en El Mariel hasta que nos montaron en un bote que se llamaba El Cuñataí y en unas horas ya estábamos en Cayo Hueso.
Olé: ¿Debe de haber sido algo espantoso para un niño de cinco añitos?
Elio: Todo lo contrario. Mi hermano Delio y yo lo disfrutamos enormemente. Era todo como una gran aventura. Había tanta gente y de esa gente emanaba una energía y una euforia tan grande que era totalmente contagiosa. Estábamos todos como en un trance, como viviendo un sueño del cual no queríamos despertar.
Luego, la realidad en Miami fue muy dura. Empezar de cero. Sin nada. Mi padre encontró trabajo en McDonalds, que fue su primer empleo. Y mi madre encontró trabajo en La Tijera que era una tienda muy popular en Miami en aquel entonces, pero que ya no existe. Pero mi padre es ebanista fino y su sueño siempre fue montar su propio negocio. Con mucho esfuerzo lo consiguió y hoy es dueño y CEO de Gutiérrez Baby Cribs, Inc. que es una empresa que se dedica a tallar a mano cunas de maderas preciosas para bebitos de personas pudientes. Mi padre recibe pedidos de todos los Estados Unidos, de Australia y también de Europa. Ni te digo el precio de cada cunita porque no me lo vas a creer, pero de veras que lo valen, porque más que cunas son obras de arte. Entre sus clientes se encuentran figuras de Hollywood como Angelina Jolie para quien mi padre ha confeccionado las cunas y camitas de todos sus hijos tanto propios como adoptados. Esas las hace mi padre personalmente, no sus empleados.
Olé: ¿Y cómo es que eliges la carrera de chef?
Elio: Bueno, a mí lo que más me llamo la atención al llegar a Estados Unidos fue la comida. La gran variedad de comida que existía en Miami. Y las frutas, sobre todo las frutas. Yo jamás había visto una manzana o una pera en Pilotos ni en Consolación, y mucho menos algo tan raro y exótico para mí como un higo o un dátil. Ver tantas frutas, vegetales y platos hasta entonces desconocidos para mí me hizo sentir un gran aprecio e interés por la gastronomía. Después que terminé mi high school en Miami, me fui a Boston donde estudié dos años en la Cordon Bleu East y ahí conocí a una chica nacida en la Argentina de padres
ingleses llamada Martita Hunter, quien es hoy mi esposa y la madre de mis hijos. Cuando terminamos nuestros estudios en Cordon Bleu East nos vinimos a Londres donde me matriculé en The Royal Academy of Culinary Arts. Ahí me hice Máster Chef.
Olé: ¿Y cómo logras entrar en el Palacio de Buckingham?
Elio: Eso me costó mucho tiempo y trabajo, pues la familia real exige los mejores cocineros del mundo. Yo era el chef de un restaurant londinense que se llamaba Great Expectations, como la novela, y un día fue a comer allí el Duque de Rutherford-Leigh. Los dueños de Great Expectations eran dos ingleses que
habían viajado por todo el mundo y eran grandes conocedores de la gastronomía de varios países. Habían visitado La Habana en muchas ocasiones y me pidieron que incorporara al menú del restaurant algunos platos típicos cubanos. El menú de Great Expectations era muy variado y contenía platos de todas partes del
planeta. El Duque de Rutherford-Leigh pidió ropa vieja, congrí y yuca frita. Plato que para nosotros es el pan nuestro de cada día, pero que para él resultaba algo nuevo, exótico y delicioso. Le gustó tanto la ropa vieja al Duque de Rutherford-Leigh que pidió conocerme y siguió viniendo asiduamente al restaurant a probar otros platos cubanos. Como la ropa vieja con congrí y yuca frita era el único plato cubano
en el menú de Great Expectations el Duque llamaba con una semana de anticipación, pedía hablar conmigo personalmente y ahí coordinábamos un menú especial para él y sus invitados. Así pasó más de un año hasta que un día recibí una llamada del Duque diciéndome que había una plaza disponible en el palacio para un máster chef y que él me había recomendado. Me presenté en Buckingham y me pidieron que elaborara un menú típico cubano, lo cual era imposible pues no existe en Londres manera de conseguir los ingredientes. Les expliqué que habría que pedirlos a Miami y se demoraría una semana. Ya mi hermano Delio a través de su compañía de importación-exportación se encargaba de abastecer a Great Expectations de yuca y frijoles negros. Le pedí a él una lista enorme de ingredientes y le elaboré a la familia real una soirée cubana. Quedaron encantados y fui contratado inmediatamente.
Olé: ¿Y qué platos cubanos come la realeza británica?

Elio: Bueno, todos tienen gustos diversos. Por ejemplo, a la reina le encantan los tostones de fongo rellenos de camarones al ajillo y la sopa de malanga. A su esposo, Príncipe Philip lo que le priva son las frituritas de seso. Charles es adicto a los platanitos tentación y al congrí con chicharrones. Camila al arroz con pollo. Los príncipes, tanto Harry como William, son bien dulceros. Para ellos elaboro boniatillo y buñuelos pinareños que llevan un toquecito especial de nuez moscada con canela fina de la India. Por lo general una vez cada dos semanas confecciono un menú totalmente cubano. Los demás días el menú varía y puede ser algo típicamente inglés, o francés, o vietnamita. No olvides que yo cocino de todo pues por algo
soy máster chef. Además, en palacio hay otros 25 máster chefs que trabajan full-time para la familia real y cada uno de ellos tiene sus propias especialidades. El menú es increíblemente variado y sofisticado con platos de todo el planeta. Los ingredientes llegan a través de British Airways o Virgin Atlantic de países tan diferentes como Corea o Senegal. Los ingredientes para las comidas cubanas me los envía mi hermano directamente a palacio desde Miami todos los Martes en el primer vuelo de British Airways y son siempre frescos y de óptima calidad. El tiene un contrato directo con Buckingham Palace, o sea que no sólo trabajo yo para la familia real, sino que mi hermano también, aunque lo hace desde Miami.
Olé: Tal parece como que has encontrado tu propio paraíso terrenal. ¿No tiene gajes del oficio?
Elio: Sí, muchos. El principal es que tengo que vivir en palacio mientras mi esposa e hijos viven en las afueras de Londres. Buckingham tiene 188 habitaciones donde vivimos la mayor parte del staff, los de la cocina y los que se encargan de otros quehaceres en el palacio. Yo trabajo tres semanas consecutivas y tengo una semana al mes libre para estar con mi esposa y mis hijas Blanquita y Maruja. Para serte sincero, esa es mi única queja, que no puedo dedicarle más tiempo a mis hijas. Pero lo cierto es que vivo en un mundo de palacios y esplendores. Es como una fantasía que vivo ilusionado como si fuera un cuento de hadas. Una fabulosa fantasía de un mundo maravilloso. He conocido a las personas más famosas de nuestro tiempo desde Elton John hasta el presidente Obama y te puedo decir que a la gran la mayoría le encanta la cocina
cubana, de lo cual estoy muy orgulloso porque sobre todas las cosas, soy cubano. Me veo como el embajador de nuestra cultura en Inglaterra y me siento muy orgulloso de haber nacido en la tierra más bella que ojos humanos vieron. Que un Marielito de Pilotos le haya enseñado a la realeza británica a disfrutar de un buen
ajiaco y de una buena sopa de pichón tiene su cosa, ¿no? Yo creo que los tostones de fongo rellenos con camarones al ajillo hasta le han abierto a la reina el apetito.




  • WILLI CHIRINO & PABLO MILANÉS

    El popular cantante Willy Chirino discrepa de Pablo Milanés en asuntos políticos, pero defiende su derecho a actuar en Miami y considera que todos los cubanos debieran sentirse orgullosos por el aporte musical del movimiento de la Nueva Trova. “Naturalmente que me interesó y me sigue interesando lo que creó la Nueva Trova”, dijo Chirino en entrevista con CaféFuerte. “Hay una canción que he escuchado hace unos días en el internet y que se llama Cita con Ángeles, de Silvio Rodríguez. Hasta [el momento en] que saca al Che Guevara es maravillosa… Pero sí, hay muchas cosas de la Nueva Trova que son espléndidas, me parece que fue un movimiento musical que todavía tiene una fuerza extraordinaria y creo que nosotros, como cubanos debemos sentirnos orgullosos, musicalmente hablando, de un movimiento que llevó el nombre de Cuba por el mundo”. Chirino, de 64 años, salió al ruedo de la polémica que envuelve la próxima presentación en Miami del famoso cantautor cubano, uno de los fundadores de ese movimiento musical, nacido a fines de los años 60. Milanés está anunciado para actuar en la American Airlines Arena (AAA) el 27 de agosto en medio de fuerte oposición de grupos de exiliados. “Pablo Milanés me parece un artista extraordinario, pero a la vez es un hombre que todavía está defendiendo o haciendo ‘críticas constructivas’ a la revolución cubana después de 52 años”, afirmó Chirino. “Un hombre que ha sido testigo de los crímenes, de los abusos, del dolor, de todo lo que ha sucedido en Cuba a nivel político, de todo el desastre y el sufrimiento que ha causado esa revolución a su pueblo, y que todavía mantenga esas posturas tibias me parece insólito”. Conocido por su voluntad de intercambio con músicos y artistas residentes en la isla, anfitrión de algunos de ellos en su propia casa, Chirino dudó, sin embargo, ante la pregunta de si se reuniría con Milanés en Miami. “Conversar con él, no sé… Si fuera para intercambiar puntos de vista político, sí; para hablar de música también, pero creo que [en este momento] un acercamiento de mi parte nunca vendría”, expresó el cantautor cubanoamericano. “Estoy esperando, como muchos cubanos, que él se decida a tomar una posición de exigir los verdaderos cambios hacia la democracia en Cuba”. Una exigencia democrática No obstante, Chirino dijo respetar la presencia de Milanés en Miami, porque es una exigencia de la democracia en este país. “El hecho de que [Milanés] venga a cantar aquí es lo que exige la democracia, como exige también que haya un espacio para [la agrupación] Vigilia Mambisa protestar u otra gente obviar el concierto”, consideró el artista. “Es más, lo que yo quiero para la Cuba del futuro es un país donde haya espacio para todo tipo de personas y todo tipo de mentalidad política, aunque uno esté en desacuerdo con ellas; un país donde defendamos incluso el espacio para los que quieran pertenecer al partido comunista”. Chirino considera que los llamados intercambios culturales, promovidos por la administración de Barack Obama, resultan incompletos, pues funcionan sólo en una dirección: desde Cuba hacia Estados Unidos. “A mí me parece extraordinario que los artistas cubanos y cualquier persona o político cubano que quiera venir aquí a expresar sus ideas lo pueda hacer, a cambio de que nosotros podamos hacer lo mismo dentro de Cuba, sin ningún tipo de barreras”, opinó. “¿Por qué habría que temerle a eso?” Pero hasta ahora su inconformidad se sustenta en que los artistas exiliados están imposibilitados de presentarse en los escenarios cubanos, vetados por sus posturas políticas o impuestos a realizar el viaje a la isla bajo condiciones inaceptables. “Mucha gente -incluso algunos relacionados con el gobierno- me han dicho que podría ir a cantar a Cuba, pero con condiciones. Las condiciones son que yo no puedo cantar lo que quiera, ni podría, por ejemplo, comprar una valla en el Malecón de La Habana anunciando la presentación de Willy Chirino, gratuita para el público, en el teatro tal o en la calle tal, o incluso en la Plaza [de la Revolución o Plaza Cívica] junto a la imagen de José Martí… en cualquier sitio, o promoverme incluso en la radio cubana”, contó el autor de Ya viene llegando. Así no puedo ir a Cuba Chirino ha tejido una leyenda como baladista y sonero entre los exiliados y los cubanos de la isla, donde su música se sigue y se baila a pesar de no ser difundida por los medios estatales. Agregó que recientemente una persona lo abordó con la idea de que viajara a Cuba y él le sugirió que lo invitaran a la Mesa Redonda, el programa oficialista por excelencia de la Televisión cubana. “¿Por qué no le dices a la gente de la Mesa Redonda que me inviten para darle promoción a mi concierto? ¿Tú crees que eso sería posible?, le pregunté. Me dijo, no eso no. Ah, entonces yo así no puedo ir a Cuba. Se lo debo como compromiso a mi padre, que me sacó de allí para que yo fuera y viviera como un hombre libre”, relató Chirino, quien sueña con retornar y ofrecer un concierto en su natal Consolación del Sur, en Pinar del Río. El cantante se mostró comprensible respecto a los viajes por razones familiares a la isla. “Si yo tuviera a mis hijos, o mi madre o mi padre dentro de Cuba, haría lo indecible por ayudarlos, por irlos a ver o tener algún contacto con ellos”, manifestó. “Exigir o pedir a una persona que elimine eso es insostenible”. Añadió que, a la misma vez, rechaza la idea de viajar a Cuba por puro placer. “Algo que no se debe hacer es ir a Cuba a disfrutar, a echarle ahí los dólares como si no sucediera nada en el país y ayudar a la causa del régimen. O sea, hay algo que se puede hacer y algo que no se debe hacer”, comentó Chirino. Pero discrepó definitivamente del control de las ayudas familiares mediante leyes y decisiones políticas. “Pasar algún tipo de ley que controle esa ayuda que le lleva un familiar a su madre, a su padre, a sus hijos, o que agrave esa separación familiar que es lo más doloroso de lo que nos ha sucedido a nosotros como pueblo, padres regados por aquí, hijos por allá… Eso no se puede controlar, es imposible y sería insólito que alguien tratara de hacerlo”, aseveró. Catorce días después de la presentación de Milanés en la AAA, Chirino realizará un concierto con los temas de su más reciente disco, My Beatles Heart, una suerte de tributo a la cubana al mítico cuartero de Liverpool. El concierto se efectuará el sábado 10 de septiembre, a las 8 p.m., en el Centro de Artes Escénicas Adrienne Arsht del downtown de Miami. 

2 comentarios:



  1. Muy Elio por demostrar en Europa que en Cuba hay algo màs que la salsa. Te felicito
    Si necesitas una ayudante, soy cubana y cocinera titular.

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